Me descubrieron
quemando tu cama
con las manos sucias
y las piernas rotas.
Me encontraron
siendo otra
(y alguna más)
devorando vidas,
enferma de juego
y fuego...
Les miré de frente,
era bonito
no llorar
ante las cejas
de un televisor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario